Siguieron muy ocupados en Barcelona.
Prometo aprender a ponerle aaudio a estas cosas y hacerlos más interesantes.
viernes, 6 de abril de 2007
Jovenes argentinos II
jueves, 5 de abril de 2007
martes, 3 de abril de 2007
Visita relámpago
Me fuí a Madrid, me encontré con mi profe de Stand up, DW, fuimos a los estudios de Paramount Comedy España.
DW se portó de 10000. Me presentó cómicos de Madrid. Me trataron demasiado bien todos. Me dijeron que no tenga más funciones en Sevilla, y que no me preocupe.
Sonreí.
Me invitaron a funciones pero tenía que ir urgente a Barcelona y no llegué con el tiempo, una pena.
La última noche me despedí de mi huesped, y me fuí apuradísimo a tomar el último tren que me dejaba en la estación.
Imaginen esto:
Un tren llegando a una estación. Un joven apurado. Un pie corre. Otro pie, lastimado, salta. Uno y otro. Uno, otro. Un cordón desatado. Una mochila mal cerrada.
Una chicharra. Un salto. Unas puertas que al encontrarse raspan un cuerpo. Un asiento libre. Ocupado. Tranquilidad. Reflexión. Una leve sensación de vacío. Ausencia. Ausencia de algo. Unos ojos entrecerrados. Falta algo. ¿Ausencia de inocencia? No, otra cosa. ¿Ausencia de una mujer? Sí, pero otra vez, es otra cosa. Un cachetazo de la memoria: ¡La maleta! Un insulto a los dioses. Furia.
Una terminal de tren cerrada. Una búsqueda larga de un autobús de regreso. Preguntas a extraños. Preguntas a extrañas. Un autobús de regreso. Un pasaje. Dientes superiores apretando labios inferiores. Dos ojos cerrados. Una sonrisa y una negación.
Un timbre a la madrugada. Una puerta se abre. Dos personas cansadas se saludan. Una habitación con una cama y una maleta. Sueño.
DW se portó de 10000. Me presentó cómicos de Madrid. Me trataron demasiado bien todos. Me dijeron que no tenga más funciones en Sevilla, y que no me preocupe.
Sonreí.
Me invitaron a funciones pero tenía que ir urgente a Barcelona y no llegué con el tiempo, una pena.
La última noche me despedí de mi huesped, y me fuí apuradísimo a tomar el último tren que me dejaba en la estación.
Imaginen esto:
Un tren llegando a una estación. Un joven apurado. Un pie corre. Otro pie, lastimado, salta. Uno y otro. Uno, otro. Un cordón desatado. Una mochila mal cerrada.
Una chicharra. Un salto. Unas puertas que al encontrarse raspan un cuerpo. Un asiento libre. Ocupado. Tranquilidad. Reflexión. Una leve sensación de vacío. Ausencia. Ausencia de algo. Unos ojos entrecerrados. Falta algo. ¿Ausencia de inocencia? No, otra cosa. ¿Ausencia de una mujer? Sí, pero otra vez, es otra cosa. Un cachetazo de la memoria: ¡La maleta! Un insulto a los dioses. Furia.
Una terminal de tren cerrada. Una búsqueda larga de un autobús de regreso. Preguntas a extraños. Preguntas a extrañas. Un autobús de regreso. Un pasaje. Dientes superiores apretando labios inferiores. Dos ojos cerrados. Una sonrisa y una negación.
Un timbre a la madrugada. Una puerta se abre. Dos personas cansadas se saludan. Una habitación con una cama y una maleta. Sueño.
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